miércoles, 4 de febrero de 2015

Día del Cáncer, y qué?

No me voy a meter a debatir si esto de tener un día al año en el que se celebre, recuerde algo o promueva el cambio sobre un tema en concreto es útil. Simplemente quiero compartir un par de cosillas que a veces se nos olvida.

Todos estaremos de acuerdo en que es una enfermedad gravísima, como tantas otras, y que no sólo la padece el enfermo en cuestión, si no toda la familia, como tantas otras. Por esto, es importantísima la concienciación, la investigación y la diagnosis precoz, pero ¿y la prevención?

Dado el tema y el día que es, no me voy a poner muy dura puesto que entiendo que puede herir sensibilidades, pero a veces, la culpa es nuestra. Sí, he dicho lo que he dicho. Y ojo, no digo que nadie se lo merezca, porque desde luego que no. Pero que no hacemos todo lo posible por evitarlo, eso, sintiéndolo mucho, debemos reconocerlo. 

El tabaquismo sigue siendo un problemón, y a parte de lo que dicen los datos sobre lo pronto que empezamos a fumar, es que cuando crecemos, poca gente lo deja para siempre. Una pena. 

Y encima el tabaquismo será probablemente la causa de la cual estamos más concienciados. Pero es que me pasa a menudo, muy a menudo, que cuando me preguntan qué opino de tal o cual  producto, miro los ingredientes y digo "umh, no es demasiado bueno". Al preguntarme porqué lo digo, y una vez explicado, suelen salir comentarios  del tipo "bueno mujer, pero no traerá tanta cantidad de ese compuesto", "si de verdad causase cáncer, no lo venderían" o "pero bueno, por un bote que gaste no creo que pase nada".

Puede ser, es más, seguramente sea verdad que si una vez te das con una crema que tiene ingredientes potencialmente cancerígenos, no te pase nada. El problema es que nos rodean. Recuerdo la minipsicosis causada por los desodorantes y que vi un vídeo de una YouTuber española que decía que se había informado y le quitaba hierro al asunto porque la cantidad de ingredientes nocivos que traía sólo causaría problemas si te aplicases el desodorante unas 20 veces diarias. 

Claramente, si esto fuese así, pues oye, es verdad que no es para tanto. El problema viene porque el desodorante no te lo aplicas 20 veces al día, pero casi seguro que otros 19 productos que usas a diario, o regularmente, están en la misma situación. Por tanto sí estarías usando 20 veces al día productos que no te están haciendo ningún bien.

Lo que quiero decir es que estamos más expuestos de lo que pensamos a este tipo de compuestos y lo que es peor, lo sabemos y lo ignoramos o no lo sabemos pero preferimos no informarnos. ¿No sería de ayuda que intentásemos evitar al máximo este tipo de productos? Por que parece que lo único que queremos es que una vez llegado el problema, nos lo solucionen, pero en ningún momento preocuparnos por evitarlo desde nuestras propias acciones  cotidianas.

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